Y suena...



acúname fría muerte...lo estás deseando

jueves, 9 de junio de 2011

Libre y abandonado

Un leal amigo...para el que no se tuvo tiempo

miércoles, 1 de junio de 2011

Así fue mi sueño


El tiempo pasó tan rápido, que apenas pude notar como poco a poco perdía mi control sobre la situación.
Sus ojos cegaron los míos, con una luz muy intensa...y al cerrarlos me encontré tan cerca de sus labios que no pude resistirme.
Mi experiencia me gritaba:
- ¡Quieta!
pero no hice caso, y según continuaban los besos, me iba perdiendo en un laberinto onírico lleno de vida y nuevos misterios.
Jamás pensé que una cazadora como yo, podía llegar con tanta facilidad a cambiar su lugar por el de una presa indefensa...totalmente a su merced.

Confundida y feliz, miré al cielo con mis ojos ciegos...y sólo podía ver sus ojos...cada amanecer, cada noche cuando me acostaba...lo he amado en silencio...cada noche desde el primer beso.

Bajé mi guardia, y dejé surgir todo, a pesar de que cada día tenía más miedo...

Busqué el sabor de sus labios en quien ya estaba a mi lado. Inconscientemente,mencioné su nombre en ocasiones muy comprometidas...
Llegó la duda...la resolví...lo nuestro no tendría sentido nunca!!!

Pero ya estaba demasiado involucrada.

Me aterraba pensar que un día no muy lejano, mi palacio de hielo se derrumbaría entre las llamas del infierno más candente...las llamas de la realidad.

Ahora las palabras se evaporaron, sólo quedan en mi mente, punzantes como clavos oxidados, los cuales no dejan de provocarme un amargo llanto...

El calor de su cuerpo nunca más acariciará el mio...ese es mi castigo.
Traicioné la confianza de quien me ama de verdad, por sentirme suya, por sentirlo mío...aunque nada fuera a ninguna parte....y envuelta en la nada me hallo...sin poder haberme despedido.

Lo peor...el haber sido tan blanda y estúpida
Lo mejor...cada momento a su lado
Lo inevitable...despertarme de mi sueño





...qué hermoso sentimiento...y qué amargo a su vez...



Llegó la medianoche...y él le recordó a Cenicienta cual era su verdadero lugar...y no hubo un último baile, tampoco una caricia, ni uno de sus apasionados besos los cuales conseguían una entrega absoluta y sincera...

mi carroza volvió a ser una calabaza putrefacta, mis elegantes corceles, eran ratas...y de estar radiante cual luna, pasé a estar desnuda ante mi espantoso reflejo.


Así fué mi sueño.