Y suena...



acúname fría muerte...lo estás deseando

jueves, 4 de marzo de 2010

Ella ahora está bien...


Vuelvo a vomitar cristales del pasado.
No recuerdo bien si tenía 4 o 5 años recién cumplidos cuando mi hermano se marchó de casa. Creo que empezó a hartarse un poco de ver a mi madre cada día con un hombre distinto, y sobre todo de sus bruscos cambios de actitud, ya que cuando aparecía un nuevo varón en su vida amorosa, aunque ella era la voz cantante, siempre le dejaba hacer lo que le diera la real gana. No estoy segura, pero creo que mi hermano con 16 o 17 años se marchó definitivamente de casa porque no aguantaba más, y me atrevo a decir que en alguna ocasión llegué a escucharlos discutir fuertemente, y el decía algo asi como "o él o yo", dí por entendido que mi hermano daba a mi madre a elegir entre su amante o él, su propio hijo, aún menor de edad. El resultado fué obvio.
No sé como, de un dia para otro, tras irse mi hermano, llegó a vivir a casa un hombre alto y fuerte, de pelo a lo Richard Gere, asi medio greñas canoso.
Ése era el nuevo fichaje, que por cierto, de agradable más bien poco, minero, bebedor y amante salvaje y borracho.
Nos mudamos a una especie de pueblo, teníamos un bar-casa, la casa estaba arriba. Creo que la idea fue de el tio este, ya que recuerdo como mostraba las habitaciones a mi madre y cómo me mandó dormir en una maleta de viaje porque no había cama, más que la matrimonial.
Ese bar se abrió, mi madre se llevaba bien con los clientes, la trataban con respeto y a mi me regalaban muchas cosas, además, cada poco venía un chico con rasgos asiáticos que me sacaba los colores, era muy guapo...yo siempre me escondía, jajajaja, pero una vez me dijo en broma que si era boba y me eché a llorar.
Bueno, esas son estupideces...lo peor era cuando el energúmeno este venía de trabajar. Lo más normal del mundo, con unas copas de más, y cuando mi madre ya había cerrado el bar...
Con éste se peleaba, pero acababan follando al estilo vaquero, vamos, que solo les faltaba el lazo.
Mientras yo dibujaba en las primeras hojas de las enciclopedias.
Recuerdo unas navidades en las que mi madre y yo estábamos solas viendo el especial este de Lina Morgan, mientras cenábamos. Mi madre estaba bebiendo, como de costumbre, pero no le presté mucha atención, pues tampoco sentí peligro alguno.
Cuando estábamos en la paz del mundo sentí un estruendo que del vote que pegué no me quedé pegada al techo de milagro. Era el macaco de las canas que venía con una moña como un castillo y una botella de algo en la mano, cerró la puerta de otro golpe similar al que dió cuando entró...y vino directo a la mesa donde estábamos nosotras.
Echándome todas sus babas y su pestilente aliento similar a una patata en avanzado estado de putrefacción, me dijo que me fuera de allí que tenía que hablar con mi madre.
Mi madre no sé que hacía, solo recuerdo que no dijo ni hizo nada para evitar que el tipo ese me echara. Yo me negaba, pero me pegó una bofetada y me caí de la silla.
Me fuí llorando a la cocina y me metí debajo de la mesa. Abracé mis rodillas y cerré los ojos con fuerza, pero no podía evitar escucharlo todo una vez más. Aquello fué interminable...por fin silencio, él va al cuarto de baño y yo me escondo detrás de la puerta de la cocina, desde allí puedo ver a mi madre desnuda encima de una mesa, y a él saliendo del baño a medio vestir. Sin despedirse de ella, el se marcha.
La mesa de la cena de navidad...mamá...delirio...alcohol una vez más...porqué?
Menos mal que ella ya está bien...pero en el fondo estas cosas ni a una ni a otra se nos olvidarán.
Aún estando con este tipo fue cuando se cortó las venas de los dos brazos en mi presencia, con una cuchilla gillette. Recuerdo su cuerpo en el balcón, totalmente recto, brazos en cruz, conjunto de ropa interior negro de encaje...iba a tirarse...yo la agarré de las bragas y cayó encima de mí...
Fuí a por mis zapatillas para bajar a la calle a buscar ayuda, y vi que el hombre este volvía de nuevo...comenzó a gritarla y a agredirla...avisé a un vecino que llamó a la guardia civil...después los servicios sociales me arrancaron de los brazos de mi madre por primera vez.

2 comentarios:

Carlos Román García dijo...

Buen texto. La mejor manera de exorcizar nuestros fantasmas es sacarlos a pasear. No hay dolor que dure si se apura sin miedo. Al final se acepta la vida como es, con lo que nos gusta y con lo que no. Seré tu lector desde México.

Unknown dijo...

Un texto muy crudo pero posiblemente debido a que es la propia realidad.Eres una chica muy fuerte al escribir esto y compartirlo con los demás lectores enfrentandote a tu pasado.He descubierto recientemente tu blog, soy de Gijón.Un saludo :-)

Publicar un comentario